Un hombre descubre en la TV una escena de película.
Un hombre, encerrado en una caja semi abierta es bañado por la arena que escurre, siente que lo cubre a pocas mientras desespera tiembla, solloza, pero, insiste con el celular mientras y al sentir abrazar el final decide despedirse.
Alguien le timbra y le dice que puede salvarlo, que esta muy cerca de él que lo ha ubicado. El hombre acongojado sonríe y llora, digita otro número y la contestadora portátil responde con un aviso seco y descompuesto propio de esas cosas de ciudad.
Alguien le timbra y le dice que puede salvarlo, que esta muy cerca de él que lo ha ubicado. El hombre acongojado sonríe y llora, digita otro número y la contestadora portátil responde con un aviso seco y descompuesto propio de esas cosas de ciudad.
Pero el salvador le llama luego
-disculpa Tsamaren, no podré ir a verte, el sistema me bota a 150 kilómetros al mar- él llora y en su congoja encuentra ahogo, su temblor se acelera y gana batalla. Al tener cerca el smartphone decide llamarla, ella responde:
-disculpa Tsamaren, no podré ir a verte, el sistema me bota a 150 kilómetros al mar- él llora y en su congoja encuentra ahogo, su temblor se acelera y gana batalla. Al tener cerca el smartphone decide llamarla, ella responde:
-Tsamaren te adoro-.
-Yo te amo-dice él
Tsamaren!, Tsamaren!
shhh...
El hombre que contemplaba con pavor la escena en TV queda anonadado y esa sensación vota un suspiro que le sofoca. Su mirada rebusca esa pregunta, qué título?, llama para preguntar a una agencia de prensa pero obtiene una respuesta a medias. En su búsqueda llama al gobierno y le responde que pueden volverlo una política.
Cinco días después un día cualquiera, a una hora cualquiera y en un canal distinto el hombre encuentra nuevamente una película, ésta vez la escena distingue a un hombre sonriente dispuesto en una cama. La imagen nota unas caricias, una mano y una espalda, ésta última que brilla a la luz cinematográfica. Él sonríe y le cuenta a ella que hace un viaje a un desierto, que es cuestión de pocos días, tiene un encargo que entregar, responder una llamada y luego ser recogido al vuelo. Ella sonríe, le suplica que la deje, él la mira con deseo y pavor. luego va. Ya parado en ese charco reseco es atrapado y encerrado en una caja para ser tapado bajo arena que destella masas de granos que refrescan una posibilidad bajo suelo.
-hola, si no alcanzaras a esperar deja el mensaje, te respondo luego- contesta la portátil.
El hombre llama a un amigo y éste con el sonido de una burla le dice que no esta para bromitas, que las haga a su mujer, debe tener mas delicadeza, peor aún cuando su mujer sabe todo.
Cuelga.
Cuelga.
Él llora con ahogo, lo demás ya le es familiar.
Pasa un mes y algunos días, el hombre enciende la TV y encuentra una escena en la que una mujer y su marido miran una película de un hombre extraviado y que sufre de olvido, que para volver en sí amarraba un largo hilo a cada hoja de papel que iba escribiendo, el hombre escribía cada vez que podía pero lo olvidaba, cada vez que volvía en si las hojas iban en blanco, solo el hilo le era fiel. El hombre tenía mujer, era escritor y era un militar encubierto que viaja a un desierto para morir bajo arena.